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    El romance entre Manuel Morales e Ivelisse Vélez tiene 12 años ya, y el de ellos con la tierra cumplió 5. Fue en 2015 que fundaron como socios esta finca en Hatillo.

    El nombre de la empresa honra a las dos familias. El padre de Ivelisse, Alejandro Vélez, fue reconocido como el agricultor más longevo por el Departamento de Agricultura, y el abuelo de Manuel fue agricultor de piñas, tabaco y café en Comerío.

    “Para darle valor a la familia, qué mejor que traer los apellidos de uno, que es lo que nos identifica”, señala Manuel.

    Del pueblo al campo

    Ivelisse y Manuel comparten con otros agricultores recientes la experiencia de moverse de un trabajo tradicional a la aventura de sembrar.

    “Nosotros trabajábamos en oficina, ambos. Ella es trabajadora social, yo administrador de empresas”, dice Manuel. Ivelisse nos cuenta: “Trabajé con dos médicos. Luego en una institución de adultos como consejera académica. Estuve ahí 9 años, en tacos, en vestidos, en chaquetas, caminando por los pasillos, el pelo pulido, todo eso, las uñas, pero eso no fue de valor”.

    Hasta que “hace 5 años renunciamos y comenzamos un proyecto agrícola”, señala Manuel.

    Asumieron la finca del padre de Ivelisse: “La finca llevaba 20 años sin trabajar. Tenemos una parte de la finca que es de nosotros, una parte que trabajamos que es del papá. Decidimos hacer un negocio a la forma de nosotros. Lo revolucionamos”.

    Manuel e Ivelisse en medio de la finca.
    Manuel e Ivelisse en medio de la finca.

    Y luego…María

    Establecieron la finca, de aproximadamente 12 cuerdas, y empezaron a producir: “Estuvimos en los mercados familiares, tuvimos 9 empleados, teníamos equipos”, explica Manuel.

    Pero el huracán María les redujo el área de trabajo a un 50%. “Con María el daño fue tan fuerte. El tiempo que tuvimos para recuperar, en esta zona estuvimos sin luz cuatro meses. La luz quizás no era necesaria para trabajar en la finca, pero sí para otros movimientos”, recuerda Ivelisse. “Después de María, pensamos hasta quitarnos. De hecho, cuando comenzamos a hablar con PRoduce estábamos a punto de quitarnos de la agricultura. Pero decidimos intentarlo nuevamente y apareció otra oportunidad con Recuperación Agrícola e hicimos negocios con Patricio [Schames]”.


    Las enormes calabazas que se cultivan en esta finca en Hatillo.

    Transformación del cultivo

    “Después de eso, cambiamos la forma de sembrar, a productos más multicultivos, integrando otros productos”.

    La posibilidad de vender cosas combinadas —que ofrecen las plataformas de agricultura apoyada por la comunidad— les permitió moverse de los monocultivos y trabajar varias áreas. “Nos ha motivado a trabajar otras cosas. A intentar con otros productos”.

    Oct8(160of176) calabaza y maíz en mismo espacio
    El maíz y la calabaza, dos de los principales productos de Morales y Vélez, se siembran entremezclados.

    Esa manera de comercializar “nos permite seguir el proceso sin detenernos. Con María perdimos un rancho de almacenaje, que estaba lleno de calabazas. Hemos construido un vivero, un  invernadero, pero el almacenaje nos falta. Y ese proceso de cosechar todas las semanas y que nos compren todas las semanas nos da una bendición realmente. Sentimos más alivio”.

    En la finca se da la parcha morada.
    En la finca se da la parcha morada.

    Los productos de Productos Morales y Vélez

    Entre los productos que cultivan Ivelisse y Manuel figuran: maíz, calabaza, plátanos, chayotes, hojas de chayote, repollo, espinaca, guayaba, orégano, panas, batata, recao y ají dulce.

    “En un mes salen unas 1,000 a 1,200 calabazas. En un mes, salen unas 4,000 o 5,000 libras. Para el maíz vendí unas 23,000 mazorcas el año pasado. Y este año puede que sobrepase”, dice Manuel.

    El repollo morado abre como una gran flor.
    El repollo morado abre como una gran flor.

    “Yo trabajo las hojitas, la albahaca, la jamaica, el romero, el recao. La albahaca de canela —que tiene un aroma espectacular—, es buena para licores o postres. Hojas de chayote también“, dice Ivelisse.

    El chayote y la flor del chayote están entre los principales cultivos de la finca.
    El chayote y la flor del chayote están entre los principales cultivos de la finca.

    La faena diaria

    Dice Ivelisse: “Lo primero es preparar la tierra. Cuidarla desde su inicio, cuidarla de enfermedades. Todo depende mucho del clima. Arar la tierra para que haya buena oxigenación”.

     Planta de la jamaica.
    Planta de la jamaica.

    Manuel, por su parte, explica cómo aborda el día: “Me propuse desde que salí de la oficina no ajorarme. He sido más calmado, me tomo mi café, si me coge la tarde, como yo pasé 20 años sin coger sol en una oficina, no me molesta ir a coger sol. A veces bajo a las 6am, a veces bajo a las 9am a la finca”. Por si eso suena muy “relax”, Ivelisse aclara: “Él trabaja duro, tengo que decirlo”.

    Palabras para los jóvenes

    “A los jóvenes que se quieren quedar aquí en su isla que aman, que son puertorriqueños de su corazón y alma, y pueden quedarse: no le tengan miedo a esto, esto no mata, esto te hace fuerte”, dice Ivelisse. “Y tiene muchas gratificaciones”, puntualiza Manuel.

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