Miguel Soto Pérez, mejor conocido como “Guelo” Soto, es el presidente de esta finca ubicada en el sector Palma Sola en Lares. El nombre de la empresa, Cartinami, celebra a sus tres hijos: Carlia, Cristina y Miguelito.
Cartinami se especializa en la producción de hojas, como la lechuga tropicana, lechuga romana, variedades mixtas asiáticas y americanas, y cilantro. En la finca también se cultiva café, plátano y limones.
“Usamos semillas que no son genéticamente modificadas. Trabajamos 70% de los productos ‘eco-friendly’. No tiro bombas por dos razones: porque no creo en eso y porque la nieta mía viene aquí y agarra algo y se lo echa a la boca”, explica Guelo.
En Cartinami también usan su propia agua y 100% de energía solar en todos los proyectos. Tienen baterías externas y con eso corren diariamente las operaciones de las neveras y todo lo demás.
Miguel “Guelo” Soto con un mazo de lechuga romana
El espíritu sistemático de este agricultor y empresario sale a relucir rápidamente: “Aquí todo lo hago bajo un plan de siembra. Este producto está por cosecharse mañana, aquel el sábado, el otro el martes. Todo es un plan de siembra para poder tener cautivo al cliente. Al cliente no le gusta que vayas hoy y no vuelvas en un mes”.
“En la agricultura hay sentimientos. Pero con sentimientos tu no cumples tus compromisos”.
Vista interior de uno de los ambientes protegidos de Cartinami.
“Nací en una finca cafetalera, desde que tengo uso de razón. Esa fue mi formación. Yo le dije a mi papá: no me envíes a la universidad”, nos cuenta Guelo.
Su abuelo fue el fundador de Café Alto Grande y su padre estuvo muchos años en la industria cafetalera. Guelo comenzó en esa industria, pero la sustituyó por ambientes protegidos, o sea, hidropónicos, hace 25 años.
Una variedad mixta de lechugas crece en los tubos hidropónicos.
“Cuando realmente la hidroponía en Puerto Rico la catalogaban como un ‘hobby’, así me decía el Departamento de Agricultura. Perseveramos, y cuatro locos nos fuimos para España y buscando información caímos con las unidades comerciales. En Puerto Rico solo había una. Empezamos con unidades de 5,400 pies cuadrados, que es la mitad de una de nuestras unidades”.
Vista exterior de las unidades comerciales de finca Cartinami.
En 1998, el huracán George afectó dramáticamente la siembra de café en la finca y causó pérdidas millonarias. Entonces Cartinami empezó en serio con la siembra hidropónica. “Se convirtió en una operación de mayor venta que las otras operaciones agrícolas”.
“Nosotros vamos a construir ahora 30 mil pies adicionales. Esta operación antes de María tenía 100 mil pies cuadrados. Lo destruyó todo. Todo lo que ves aquí es nuevo. Aquí no quedó nada. Tuvimos una pérdida de 2 millones y pico de dólares, y con los seguros estoy peleando todavía”.
Cartinami está en proceso de expandir su operación por 30 mil pies.
Originalmente Cartinami tenía 116 cuerdas de terreno dedicadas al cultivo de cítricos, café y algo de animales de carne. Hoy en día mantiene 54 cuerdas de terreno.
Explica Guelo que “es demasiado mantenerlo, hay una merma bien grande en la mano de obra agrícola”. Por su parte, “la operación de ambiente controlado la manejan 6 personas: 4 mujeres y 2 varones”.
Primera etapa de la siembra en hidropónicos: las plántulas nacen en un medio especial.
“Esta es la agricultura del futuro: los proyectos de ambientes protegidos. Esto no tolera errores. Aquí todo es medido, todo es pesado. El plan de aspersiones de control o fertilización de follaje tiene que ser con fecha, con dosis, de esa manera. Te puedo enseñar como 40 carpetas de todos los protocolos”.
Cartinami ha tenido una previsión adicional: “Me da ventaja tener cumplimientos de ley federal de alimentos. Si yo certifico que mi producto está ‘set’, se me abren más las puertas. Nosotros empezamos a trabajar lo de ley federal de alimentos hace dos años, y yo no había visto el fruto. Ahora lo vi”.
El cilantrillo hidropónico de Cartinami
“Lo más importante para mí no simplemente es producir ni vender. Es sustituir. Tenemos un 95% de producto importado en este país. Eso nos hace totalmente inseguros. Tenemos que producir, pero comida segura”.
“Aquí no estamos hablando de huertos caseros, esa no es la solución al tema de seguridad alimentaria. Eso te da más satisfacción que lo que posiblemente te pueda alimentar. Vamos a hablar de seguridad alimentaria, necesitamos educación, compromiso de las diferentes agencias adscritas y obviamente de la maquinaria gubernamental. No puedes depender de que tus proyectos corran a la par que el sistema de gobierno del país”.
Gracias, Guelo, por expresar eso no solo con palabras, sino también con el ejemplo.
Guelo mira hacia el futuro de Cartinami y de la agricultura en ambientes protegidos.