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    El rambután es una fruta esférica, con un tamaño similar al de una bola de golf. Su cáscara es fuerte, roja y está rodeada por unos filamentos finos que simulan pelo. Al abrirla vas a encontrar algo muy parecido a la pulpa de una quenepa, pero de color blanca. Su sabor también es cercano al de la quenepa, pero su textura se parece más a la de una uva. Definitivamente es más agradable al comer que la quenepa. Primero porque no es tan astringente y evitas que se te esté pelando la lengua y segundo es mucho menos fibrosa, por lo que no se te van a estar quedando fibritas molestosas entre los dientes. 

    El sabor dulce y agradable del rambután se le puede atribuir a su gran contenido de carbohidratos, específicamente de fructosa. Este tipo de carbohidrato se clasifica bajo las azúcares, por lo que es de rápida digestión. Las azúcares, nos proveen energía y son idóneas al momento de hacer ejercicio. El problema de la azúcar estriba en consumirla en exceso. El rambután contiene 15g de azúcar por cada 100g de fruta, si lo comparamos con una barra de chocolate como “Snickers” que contiene 47g de azúcar en cada 100g de chocolate, podemos ver que tendríamos que comer un volumen significativo de la fruta para poder llegar a un exceso.

    El rambután contiene una variedad de nutrientes en cantidades pequeñas. Contribuye entre un 2-6% de las necesidades diarias de manganeso, fósforo, magnesio, potasio, hierro y zinc. Estas cantidades aunque pequeñas, son necesarias para poder alcanzar el 100% al final del día. El rambután cumple ademas con un 20% de las necesidades diarias de cobre. Este mineral es importante para el crecimiento y salud de las células óseas, cardiacas y cerebrales. También aporta con un 50% de las necesidades diarias de vitamina C, que importante para el sistema inmune y es un gran antioxidante. Curiosamente su mayor contenido de antioxidantes y fitoquímicos no se encuentran en la pulpa, se encuentran en su cáscara. Sin embargo, no te recomiendo hacer la cáscara parte de tu dieta, ya que en grandes cantidades podría llegar a ser tóxica.

    Si quieres disfrutar de esta rica fruta y evitar que se te dañe, te invito a envolverla en plástico con todo y cáscara y guardarla en la nevera. Una vez cosechada esta fruta tiende a perder mucha agua y deshidratarse. Este método puede alargar el tiempo de uso de la fruta hasta una semana. Su piel puede que se torne marrón, pero cómetela con tranquilidad porque esto no es indicativo de que la fruta este dañada. 

    Gabriela Tirado Acerca del autor

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