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    Al aguacate muchos le llaman fruta por la simple razón de que tiene una semilla. Otros le llaman vegetal, supongo que porque viene de un árbol y no sabe dulce. La verdad es que ambas partes tienen algo de razón, el aguacate es un fruto que pertenece al reino vegetal. Sin embargo nutricionalmente se clasifica como una grasa. Muchos podrán estar sorprendidos con este hecho y deben de estar pensando no tocar un aguacate más nunca en sus vidas porque “la grasa es mala”. 

    El problema que tiene la grasa es que hablamos de ella en singular y como si fuese homogénea. Existen varios tipos de grasas con cualidades distintas y efectos diversos en nuestro cuerpo. De hecho los alimentos grasos siempre tienen más de un tipo de grasa, pero típicamente hablamos de la que tienen en mayor proporción. En el caso del aguacate las grasas que predominan son monoinsaturadas. Estas tienden a bajar los niveles de las lipoproteínas de baja densidad a lo que comúnmente llamamos "colesterol malo”. El que ganó mala reputación porqué aumenta el riesgo de la arteriosclerosis causando efectos adversos en la presión arterial y la salud cardíaca.

    El efecto positivo que nos provee el aguacate al corazón no se limita a sus grasas, también es buena fuente de potasio y magnesio. El potasio ayuda al balance de sodio en sangre y por ende a controlar la presión, mientras el magnesio juega un papel importante en el tono vascular. El aguacate también contiene vitamina C y vitamina E las culés son excelentes antioxidantes. Estas previenen la oxidación del “colesterol malo”, ayudando a frenar la posibilidad de arteriosclerosis en personas 
    Ahora sabemos que existen distintos tipos de grasas y que las del aguacate nos hacen bien. Pero alguien debe de estar pensando que el problema de las grasas es que engordan. Es cierto que las grasas por gramo tienen más calorías que las proteínas y carbohidratos y que en exceso nos podrían hacer ganar peso. Sin embargo se tardan más en digerir y esto nos ayuda a sentirnos saciados y tal vez a evitar comerlo en exceso. El aguacate además contiene fibra, la cual también aumenta la sensación de saciedad y por esto, cuando lo integramos con moderación nos ayuda a tener mejor control de nuestras porciones.

    La próxima vez que comas una serenata de bacalao no dudes en acompañarla con una buena rajita de aguacate, tu corazón y pancita te lo agradecerán.

    Gabriela Tirado Acerca del autor

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