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    Sobre este fruto- que mucha gente llama árbol cuando en realidad es una hierba- se tiene noticia escrita desde el siglo XVI.  La mayoría de los botánicos concuerdan que la planta no es originaria del Caribe, sino del sur de México y América Central, y fue traída al Caribe (posiblemente a La Española, actual República Dominicana) en las primeras décadas del siglo XVI. Tal parece que su cultivo en el Caribe comenzó entre 1526 y 1535. Esto si seguimos la Historia General y Natural de las Indias de Gonzalo Fernández, quien escribió un capítulo dedicado a la papaya.

    En su intento por describir a la papaya con un referente que sirviera a los europeos, Oviedo asemejó el fruto a un higo mastuerzo. He aquí su descripción:

    “...hay unas higueras altas y derechas y de solo un pié derecho é sin ramas, é en lo alto echan unas hojas trepadas y más anchas mucho que las de las higueras de Castilla, con unos pezones largos de media braca ó más…”

    Y continúa

    “ …llevan unos higos tan grandes como melones, é menores así mismo, los cuales nacen pegados en el tronco principal de la higuera en lo alto della y en cantidad , y tienen la corteza ó cuero delgada , é todo lo demás es de una carnosidad espesa, como la del melón (aunque no tan maciza). Es de buen sabor é cortase á rebanadas, como un melón; y en el medio de este higo ó fruto tiene las pepitas, las cuales son menudas y negras.”

    Por siglos, y muy extrañamente, se le llamó al fruto papaya, cuando en realidad las culturas mayas que habitaban las zonas donde los españoles la descubrieron, no la llamaban papaya, sino olocotón.   En 1888, el botánico francés Adolphe de Candole (1806-1893) estableció finalmente que el nombre papaya era un derivado de la voz arahuaca caribe/taína ababai.

    En los intercambios alimentarios pos colombinos, y muy especialmente cuando se inauguró la ruta comercial del Galeón de Manila en 1550 (desde México a Manila ida y vuelta), los españoles llevaron la papaya a las Islas Filipinas. Más adelante, y como resultado del comercio esclavista portugués, la papaya migró a la costa Occidental Africana.

    La primera mención al cultivo de este fruto herbáceo en África data, pues, de 1664.

    Posteriormente, con las expediciones expansionistas del imperio inglés en el último cuarto del siglo XVIII, la papaya fue llevada desde Jamaica a las colonias inglesas en el sur este asiático.

    En 1788, el monje benedictino Iñigo Abad describió los dos usos gastronómicos que hasta el día de hoy han sido los más comunes en Puerto Rico. Dijo entonces: “Los papayos se hallan en los montes y suelen tenerlos en las inmediaciones de las casas, porque los isleños gustan de su fruta, tanto cruda como cocida en la olla.”  Mas adelante comentó que “también hacen dulce, aunque no lo extraen para otras partes, como en la Habana o Cartagena”.

    Claro, como ocurre con los viajeros que padecen de neofobias, o aversiones a frutos desconocidos, o acostumbrados a sabores frutales más ácidos, el monje experimentó una sensación adversa en su paladar. Para él, “la carne es, por muy dulce, algo fastidiosa, y tan fría que relaja el estómago.” Más adelante, no obstante, alabó sus cualidades medicinales. Dijo entonces: “Comida juntamente con la semilla, tiene el gusto agradable, es estomacal, diurético, antiescorbútico, y mata los gusanos que se crían en el cuerpo.”

    Los puertorriqueños solemos apodar a la papaya con el apelativo de lechosa. Ciertamente esto se debe a la “leche” que secreta el fruto cuando se pincha en su estado verde.  El apelativo lo documentaron por primera vez los botánicos norteamericanos O. F. Cook y G.N Collins (1903), cuando estudiaban la flora de Puerto Rico en busca de posibilidades agrícola comerciales para los frutales isleños.

    En los últimos, años Puerto Rico ha obtenido cifras variables en la producción de la Carica papaya. Pero en un sentido general, la tendencia entre 2014 y 2017 fue a sostenerse sobre 150 mil quintales anuales. Las cifras de 2017, contabilizadas hasta octubre 29 de 2018, marcaban la cifra de 176,509 quintales (17.6 millones de libras aproximadamente). Interesantemente, la importación de papaya a Puerto Rico en los últimos años ha sido mínima. Hasta octubre de 2017, sólo se habían reportado 8,863 quintales (886 mil libras).  Esto representa que nuestra producción supera a la importación de forma imponente. ¡Enhorabuena! ¡Gloria a esas manos que hoy trabajan!

    Ensalada de Papaya o Lechosa Verde
    de María Dolores “Lula” de Jesús
    El Burén de Lula: Cocina artesanal
    ICPR y Terranova Editores, 2011

    Ingredientes

    1 lechosa verde mediana
    1 libra de bacalao, desalado, cocido y en hojuelas
    1 cebolla grande rebanada
    Aceite de oliva
    Adobo sin pimienta

    Procedimiento

    • Monde la papaya, descarte las semillas y córtela en cuadritos de 1”x 1” aproximadamente.
    • Enjuague la papaya y hierva hasta que esté blandita.
    • Escurra la papaya y colóquela en una escudilla o ensaladera
    • Mezcle el resto de los ingredientes y verifique la sazón

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