En este mundo de tantos híbridos y mezclas —responsable del pollochón, cuatrifongo o mojito de margarita—, es difícil sorprenderse ante una combinación más. Sin embargo, EnjabonaTé ha logrado asombrarnos: ¡ellos hacen jabones de té!
Andrea Massari y Rafael Rodríguez, los dueños de esta empresa en Dorado, empezaron vendiendo té en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Luego cogieron una clase de hacer jabones. De ahí salió esta combinación ganadora: “Nos vino la idea de que todos nuestros jabones podían ser a base de té, que ya nosotros lo sabíamos hacer. De ahí nació EnjabonaTé. La mayoría de nuestros jabones son a base de infusiones de aceites o té”.
De la conversación se desprende que la motivación fundamental de Andrea y Rafael es ayudar a las personas y al ambiente.
Dice Andrea: “Yo siempre he tenido un deseo de ayudar a que las personas tengan un estilo de vida más saludable. Estoy estudiando Medicina Natural y Ecología. Todos nuestros productos tienen una intención detrás. No es solo vender un producto, sino traerle algo bueno a la vida de esas personas, a su cuerpo, pelo, piel, etc. Queremos usar la magia de las plantas para bien”.
Por su parte, comparte Rafael: “A mí me inspira la idea de un mejor futuro. Los pequeños detalles tienen un gran impacto en el planeta y en nuestras vidas. De jabón en jabón se puede cambiar el mundo. Con más jabones que no tengan químicos, que no contaminen el agua, poco a poco podemos llegar a un mejor estilo de vida. No necesitamos que todo el mundo sea perfecto, necesitamos personas que estén dispuestas a hacer ese cambio”.
Rafael elabora: “Nosotros tenemos varios jabones que son a base de ciertas infusiones en específico. Por ejemplo, el de menta es con té de menta, el de café es con café en vez de agua. Aparte de eso, elaboramos aceites infusionados que se usan para otros jabones en específico”.
¿Cuánto tiempo toma hacer un jabón? “Estos jabones tardan un mes en estar listos, porque se tiene que evaporar uno de los ingredientes activos en el jabón para poder usarlo en la piel. Eso es algo que no se da con jabones de glicerina y eso es lo que hace que sea un proceso artesanal”.
Dice Rafael: “Aparte de los jabones, tenemos diferentes productos. Tenemos bálsamos y perfumes que son a base de las infusiones de aceites. Cada perfume, cada botella es un mini macerado de hojas y flores, que con el tiempo el aceite va absorbiendo todas las propiedades de las plantas. También tenemos los ‘scrubs’ de cuerpo, que son a base de sal o café”.
Andrea explica cómo elaboran los bálsamos: “El aceite rompe la capa celular de la planta y por eso puede liberar esas propiedades. El bálsamo tiene las propiedades tanto de la yerba como del aceite. Eso es lo que permite que tenga beneficios antiinflamatorios, antiirritación y ese tipo de cosas”.
Las plantas que usan son en su mayoría locales, como la menta y el romero, pero también importan otras, como la lavanda. El café y la miel son de Puerto Rico.
De paso, estos productos no son solo para humanos, sino también para los caninos: “Nosotros trabajamos un jabón para perros a base de ‘neem’”.
Cuando llegó el COVID, Andrea y Rafael reaccionaron a la necesidad. “La gente no puede salir de las casas y estamos tratando de abastecer esa necesidad que había de aceites por sus propiedades antivirales, antihongo, antibacteriales, etc.”.
Al proyecto de EnjabonaTÉ, subyace un profundo compromiso ambiental: “Nosotros estamos bien interesados en la conservación del planeta, empaques ‘zero waste’ y como compañía tener menor impacto en el ambiente. Tratamos de trabajar con ese tipo de producto y vendemos productos de SIMPLA en nuestro ‘website’, que es una compañía de utensilios, sorbetos y cepillos de dientes reusables”.
Rafael lanza un llamado: “Estamos buscando aliarnos con otros artesanos que tengan la misma visión para crecer como comunidad”.
“No lo sobrepiensen. Cualquier detalle mínimo que puedan hacer en sus vidas para ayudar al planeta nos va a beneficiar a todos”. La realidad es que, gracias a los productos de EnjabónaTé, no hay que pensarlo mucho.