La pechuga de pollo es una fuente de proteína magra muy importante y suele estar incluida en casi todas las dietas. Pero, debido a esta condición de ausencia de grasas, es muy importante buscar variantes para poder disfrutarla sin que nos llegue a cansar su sabor.
Si simplemente la asamos, normalmente va a resultar muy seca, pero al mismo tiempo es muy agradecida cuando respetamos su punto de cocción y la bañamos con alguna salsa que equilibre su sabor. Vamos a marinar la pechuga en una combinación agridulce de miel, mostaza y jugo de limón.
Sirve: 2 personas
Tiempo aproximado de elaboración: 30 minutos
Es importante no tocar la pechuga hasta que la parte superior no empiece a cambiar de color. De esta forma vas a lograr que no se seque tanto. Mientras se está cocinando, vas a pincelarla con la salsa en la que la estuviste marinando antes. Así te asegurarás de que continúe absorbiendo los sabores que quieres disfrutar luego.
Debes tener cuidado con el punto de cocción para que no se seque. Igualmente, gracias a la salsa vas a conseguir una pechuga de pollo increíblemente jugosa y con un toque agridulce.
Esta pechuga va a quedar muy bien con una guarnición de arroz blanco. También, puedes acompañar el pollo con unos vegetales asadas o con una ensalada de lechuga y tomates.
El arroz toma aproximadamente 12 minutos en hacerse. Sin embargo, lee las instrucciones del paquete para asegurarte, ya que puede variar según la marca. Ya puedes servir tu pechuga marinada con una porción de arroz blanco delicioso. ¡Buen provecho!
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