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Finca Dasaly: finca e hidroponía familiar

Escrito por PRoduce | Jul 6, 2020 6:20:00 AM

“Mi papá comenzó la Finca Dasaly hace unos años, él es agrónomo de profesión por más de 30 años. Él siempre ha tenido su finca, pero no es hasta que yo me uno en el 2016 que esto crece”, cuenta Lymaris Berrios, quien decidió entrar a la agricultura “por la creciente necesidad que vi por comer saludable”. 

¿Qué produce Finca Dasaly? “Nos dedicamos al cultivo de farináceos y hortalizas, en hidropónico vertical. Yo tengo lechuga, cilantrillo, recao y tomates. En estos momentos no tengo pimientos, pero sí tenía pimientos. La calabaza, la yautía y los plátanos están en finca, no en hidroponía”.


Tomates creciendo verticalmente dentro del invernadero

Sobre los hidropónicos

“En hidroponía, nosotros lo que hacemos es que cultivamos vegetales en un ambiente controlado. Al estar en invernaderos, podemos controlar las plagas. El producto se puede mantener mejor, hay más control”, explica Lymaris. 

Este sistema también les permite garantizar productos a lo largo del año: “Al ser hidropónicos, hacemos las siembras escalonadas para siempre tener producción”. 


El recao es uno de los hidropónicos de Finca Dasaly

Otras ventajas de los hidropónicos son que: “Tenemos un sistema de relojes para que cada cierta hora, el sistema riegue los tiestos” y “Al ser vertical, tenemos más en menos espacio”. 

Además de los cultivos que tienen actualmente, “también se puede sembrar el kale, zanahoria, remolacha, ajíes”. 

COVID-19: un gran reto

Finca Dasaly, ubicada en Barranquitas, trabaja principalmente para los mercados familiares, con los Departamentos de Agricultura y Familia. Estaban listos para un mercado en Guayama el 14 de marzo –dos días antes del “lockdown” –, con dos camiones repletos de mercancía. 

¿Qué sucedió? “A las 7 y pico de la noche me llaman que el mercado fue cancelado. No solo eso, otros compañeros también me compran y ellos tenían mercado sábado y domingo. Yo coseché todo ese cilantrillo, lechuga y recao para mis compañeros y tenía un ‘cooler’ lleno de mercancía. Nosotros perdimos todo”. 


Lymaris cosecha tomates hidropónicos

Luego “Agricultura nos dijo que no nos preocupáramos, porque ellos nos iban a comprar los productos… Llegué ese lunes con dos camiones llenos de comida y me dicen que no me aceptan los guineos porque tienen pecas, los plátanos tampoco porque ya se están madurando y me fueron descontando. Eso fue horrible, y no tan solo yo”. 

“Somos 154 agricultores en el mercado agrícola que estuvieron casi igual o peor que yo. Inclusive, lo que llegaron a comprar, que fue bien poco, no lo han pagado todavía”. 

Decidieron dar a conocer la situación: “Estuvimos en el programa de Jay Fonseca porque son muchas las cosechas que se están perdiendo. Esto puede provocar que muchísimos agricultores se vayan”. 


Una caja de cilantrillo de Finca Dasaly

Transformación a través de cajitas

Ante la situación, Lymaris decidió hacer una llamada: “agarré el teléfono y llamé a PRoduce… Yo estoy sumamente agradecida por Patricio (Schames) y Natalia (Berrios), que me recibieron y me compraron más de la mitad de mi mercancía. No solo a mí, a otros agricultores también”. 

Ella conocía de primera mano las cajitas: “Antes yo vendía cajitas y estuve años vendiendo cajas. Lo que sucede es que yo soy mamá soltera y mi hijo depende de mí. Para no estar exponiéndolo, decidí parar de hacer las cajitas”. 

“Semanalmente tengo la llamada de Patricio y me compra las cosechas. Todo está prácticamente destinado para allá y lo que no, yo busco dónde venderlo”. Por eso, “donde quiera que me paro le doy promoción a PRoduce”.


Finca Dasaly también cultiva plátanos, calabaza y yautía

Su inspiración y su ilusión

“Para mí, cada producto es un bebé y cada recolecta es como si un bebé saliera de mi finca. Estoy siempre presente cuando va a salir algo y me llena de satisfacción alimentar a mi gente”, dice Lymaris. 

También le alegra ver el interés de los jóvenes: “Algo positivo que he visto en los últimos años es una creciente en los ‘millennials’ por preocuparse por lo que consumen. La mayoría de los jóvenes están siendo consumidores más responsables. Inclusive, ellos son la mayoría de los que están comprando estas cajitas. Se me han acercado muchos jóvenes interesados en saber cómo funciona, y hasta me han visitado a la finca”. 

“Eso me inspira a continuar, a seguir ampliando. Aun con todo lo que ha pasado, confío en nuestra agricultura y es nuestro sustento. No se me ha ido esa ilusión por alimentar a mi gente. Al contrario, aun con todo lo que ha pasado, estoy muy contenta y vengo con una ampliación de dos cuerdas en invernaderos para seguir sembrando más”. 


“Sin agricultores no hay comida”